Estoy rara. Tenía la necesidad de ir al cementerio sola y no sé sí fue o no, la mejor elección (A todo esto, estoy escribiendo en el colectivo y cuesta, jaja). Es la primera vez que voy al cementerio desde el día que lo enterraron.
Si realmente pudiera escribir todo lo que pienso, seria genial, porque tendría todo volcado en cientos de hojas.
Igual voy escribiendo pero en ciertos momentos, antes lo hice con la tía, pero en el blog. Y ahora es diferente escribir de lo que se me viene a la cabeza por varios motivos. El primero, porque son demasiadas las cosas que pienso. El segundo, porque no solo son muchas cosas, sino que todo lo que pienso, es referido a Marcelo, y duele, porque ya no está.
Y pese a todas las cosas malas que puedo encontrar ahora de él, para mí siempre va a ser, por lo que fue, una de las personas más importantes que me hizo muy feliz. Y hoy en muchas cosas quizá si no hubiera estado con él, no sé si sería como soy. Con el crecí. Por su incentivo hoy estoy en la facultad. Y se siente horrible que no estés conmigo. Me había alejado de todo el mundo este ultimo tiempo y solo hablaba con él. Y supongo que ahora visito a todo el mundo para no sentir que estoy sola, aunque en realidad lo estoy.
Parezco una loca escribiendo en una libretita.
Recién se bajó del colectivo un hombre que me vió escribiendo en la libreta... habrá pensado está re pirada por la cara que puso.
Finalmente fui sola al cementerio y se sintió bien raro estar ahí.
Le compré flores y se las coloque allí. Igual era re feo, porque siempre le regalaba flores o plantitas. Me encantaba que el sintiera los detalles que tenía para con él.
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